viernes, 20 de noviembre de 2009

Hubo luz


Cuando uno se sumerge en un nuevo mar olvida que se trata de un océano, aunque ya se haya estado en otros mares y hasta de un conocimiento se pueda hablar. Cuando los peces de aquellos otros mares cruzan a tu nuevo mar se recuerda el océano. Parece que no hay necesidad del hundimiento cuando estando a flote se visualiza mejor. Es decir abajo es frío, oscuro, se necesita de una guía, sobrevivir en soledad es un tanto complicado. Arriba la compañía llega se ve, se disfruta porque no es necesaria; la luz, el calor. Hay que hundirse, hay que estar a flote y no temer a hundirse. Esos peces hay que apreciarlos, bienvenidos.